Libro: “El Séptimo Rayo”
Por El Amado Maestro Saint Germain
Para poder participar inteligentemente en la Actividad
Ceremonial del Séptimo Rayo, cada persona debe cooperar conciente con el
individuo que asume la responsabilidad de dirigir la Actividad del grupo; de
hecho, este individuo se convierte en un Sacerdote o Sacerdotisa de la Llama a
través de los poderes magnéticos enfocados desde el latido de su propio
corazón.
La energía del director focaliza y conduce la energía del
grupo, pero no existe algo así como un disfrute pasivo del Servicio por parte
de aquellos que sólo están por “curiosidad”. Cada corriente de vida es un
participante en la ejecución real de los pasos sucesivos del Ritual.
El director y los estudiantes pueden invocar el Poder del
Fuego Sagrado –los Maestros y Seres Angélicos- a través del poder de la
visualización, contemplación, pensamiento y sentimiento dirigido. Esto puede
hacerse por medio de una canción, mediante el uso de la palabra hablada y
haciendo uso de ciertos rituales que conllevan aromas naturales de flores y
ciertas composiciones musicales de naturaleza espiritual.
La verdadera eficiencia se logra cuando el director y el
grupo consiguen combinar todas las facultades y medios de invocación hacia esa
meta.
Debo referirme en este momento, a la posición de aquel que
esta a cargo de representar al Maestro frente al grupo, es decir, el líder.
El privilegio y la responsabilidad del director es unificar
la conciencia del grupo a través de visualizaciones dirigidas, decretos,
canciones e invocaciones de los Poderes del Fuego Sagrado.
La unidad de la energía liberada por cada individuo del
grupo dentro del pensamiento forma colectivo, es la fuerza liberada de ese
grupo para con la Causa de la Hermandad. Esta forma colectiva de pensar y
sentir determina la cantidad de energía espiritual que es volcada a la Tierra
para disipar el mal y poner en movimiento nuevas causas para el progreso del
mundo.
La habilidad del director para obtener y mantener el interés
del grupo, al igual que la jubilosa cooperación de cada individuo, determina la
eficacia del Servicio.
La energía que es
liberada a través de un sentimiento de “deber” o “temor” es prácticamente nula
en el trabajo del Maestro. La energía gozosa, feliz, alegre, es la esperanza
del cielo.
Cada corriente de vida que ha demostrado el suficiente
interés en las Actividades del grupo como asistir a las reuniones, encontrará
que está contribuyendo, más libremente a través de algunos de sus cuerpos
internos, que a través de otros (mental, emocional, etérico, físico y en raras
ocasiones Mental Superior).
Cada persona debe examinar imparcialmente su propio
desarrollo y si encuentra su cuerpo mental, emocional o físico más perezoso que
los restantes vehículos, deberá esforzarse en encaminar a este cuerpo en
particular, a una mayor obediencia para dirigirlo a cooperar con esa porción
del Servicio que le es más tedioso.
Aquí todos los cuerpos de los individuos deben ser tratados
como niños.
El director también debe esforzarse en darle a todos los
vehículos igual oportunidad para servir y no apoyarse en aquel que se ha
desarrollado ya que, de hacerlo, sería en detrimento de los otros miembros del
grupo, que podrían perder la oportunidad de servir en la reunión porque a sus
más desarrollados vehículos les ha sido negada la oportunidad de expresarse.
Por ejemplo, a muchas personas les encanta la Actividad
Física y pueden participar alegremente en canciones y decretos, pero son
mentalmente perezosos o poco desarrollados y se ofuscan durante el tiempo en
que el cuerpo mental debería estar ayudando a extraer de las Sustancia Mental
Universal, la forma que constituye el Cinturón Protector del Salón, la
localidad o el país.
Otros obtienen gran placer emocional en la música instrumental
pero se revelan frente al físico requerido para decretar.
Durante un esfuerzo cooperativo, es mejor tener una
actividad que dure quince minutos y que la misma se mantenga “viva”, en lugar
de una más larga que esfuerce los cuerpos sin desarrollar de los individuos del
grupo.
Un mayor servicio puede ser rendido mediante el cambio del
tipo de servicio en el cual se requiera la cooperación del cuerpo físico, tal
como cantar, decretar, aún en la que se requiera la cooperación de los cuerpos
internos, en vez de mantener a los estudiantes demasiado tiempo en un tipo
particular de servicio.
La Adoración Ceremonial es el uso balanceado de todas las
facultades, poderes y vehículos de las corrientes de vida armoniosamente
entrelazados y utilizados para atraer, enfocar y dirigir la energía y así crear
nuevas causas para el bien y disolver aquellas de naturaleza inarmónicas.