lunes, 7 de octubre de 2013

sábado, 5 de octubre de 2013

Requisitos Primordiales para un Servicio




Libro: “El Séptimo Rayo”
Por El Amado Maestro Saint Germain




1-      El aquietamiento de los cuerpos físico e internos de los participantes a través del uso de composiciones musicales de naturaleza tranquilizante e inspiradora, eso permite que los miembros de la Hueste Angélica preparen los cuerpos internos de los estudiantes para que reciban la mayor bendición posible y que eleven al individuo a su más alto “potencial” de servicio para con el grupo y la Inteligencia Maestra que está presente y trabajando con el grupo.
2-      La purificación de los cuerpos y el aura de los estudiantes, del director y de la atmósfera que va a formar el foco a través del cual, la Energía Espiritual va a ser atraída mediante la invocación de los Poderes del Fuego Sagrado y el uso de los decretos.
3-      La protección de los estudiantes y del lugar de reunión, los cuales van a ser el canal para la conducción de las energías espirituales que proceden de las Octavas Superiores. Esta protección es establecida mediante el uso de los centros creativos (pensamiento y sentimiento) de cada individuo, enfocados y concentrados mediante las instrucciones audibles del director.
4-      Reconocimiento del Poder de Dios enfocado a través de cada participante que es la autoridad mediante la cual, la energía es puesta en movimiento y dirigida hacia efectos beneficiosos.
5-      Aceptación de la Presencia y el acceso a la Hueste Ascendida de Luz, las Huestes Angélicas, Dévicas y de los Querubines y Serafines, como colaboradores concientes en las Actividades del trabajo grupal.

Cuando estos requisitos han sido alcanzados, la Inteligencia Directriz de la Cabeza de Dios, ya sea a través de la Presencia Yo Soy del director o un Maestro Ascendido como visitante Angélico, utilizará las energías de este Ritual al máximo de sus posibilidades y de acuerdo a las necesidades del momento.

Responsabilidad del director del grupo



Libro: “El Séptimo Rayo”
Por El Amado Maestro Saint Germain

Para poder participar inteligentemente en la Actividad Ceremonial del Séptimo Rayo, cada persona debe cooperar conciente con el individuo que asume la responsabilidad de dirigir la Actividad del grupo; de hecho, este individuo se convierte en un Sacerdote o Sacerdotisa de la Llama a través de los poderes magnéticos enfocados desde el latido de su propio corazón.
La energía del director focaliza y conduce la energía del grupo, pero no existe algo así como un disfrute pasivo del Servicio por parte de aquellos que sólo están por “curiosidad”. Cada corriente de vida es un participante en la ejecución real de los pasos sucesivos del Ritual.
El director y los estudiantes pueden invocar el Poder del Fuego Sagrado –los Maestros y Seres Angélicos- a través del poder de la visualización, contemplación, pensamiento y sentimiento dirigido. Esto puede hacerse por medio de una canción, mediante el uso de la palabra hablada y haciendo uso de ciertos rituales que conllevan aromas naturales de flores y ciertas composiciones musicales de naturaleza espiritual.
La verdadera eficiencia se logra cuando el director y el grupo consiguen combinar todas las facultades y medios de invocación hacia esa meta.
Debo referirme en este momento, a la posición de aquel que esta a cargo de representar al Maestro frente al grupo, es decir, el líder.
El privilegio y la responsabilidad del director es unificar la conciencia del grupo a través de visualizaciones dirigidas, decretos, canciones e invocaciones de los Poderes del Fuego Sagrado.
La unidad de la energía liberada por cada individuo del grupo dentro del pensamiento forma colectivo, es la fuerza liberada de ese grupo para con la Causa de la Hermandad. Esta forma colectiva de pensar y sentir determina la cantidad de energía espiritual que es volcada a la Tierra para disipar el mal y poner en movimiento nuevas causas para el progreso del mundo.
La habilidad del director para obtener y mantener el interés del grupo, al igual que la jubilosa cooperación de cada individuo, determina la eficacia del Servicio.
La energía que es liberada a través de un sentimiento de “deber” o “temor” es prácticamente nula en el trabajo del Maestro. La energía gozosa, feliz, alegre, es la esperanza del cielo.
Cada corriente de vida que ha demostrado el suficiente interés en las Actividades del grupo como asistir a las reuniones, encontrará que está contribuyendo, más libremente a través de algunos de sus cuerpos internos, que a través de otros (mental, emocional, etérico, físico y en raras ocasiones Mental Superior).
Cada persona debe examinar imparcialmente su propio desarrollo y si encuentra su cuerpo mental, emocional o físico más perezoso que los restantes vehículos, deberá esforzarse en encaminar a este cuerpo en particular, a una mayor obediencia para dirigirlo a cooperar con esa porción del Servicio que le es más tedioso.
Aquí todos los cuerpos de los individuos deben ser tratados como niños.
El director también debe esforzarse en darle a todos los vehículos igual oportunidad para servir y no apoyarse en aquel que se ha desarrollado ya que, de hacerlo, sería en detrimento de los otros miembros del grupo, que podrían perder la oportunidad de servir en la reunión porque a sus más desarrollados vehículos les ha sido negada la oportunidad de expresarse.
Por ejemplo, a muchas personas les encanta la Actividad Física y pueden participar alegremente en canciones y decretos, pero son mentalmente perezosos o poco desarrollados y se ofuscan durante el tiempo en que el cuerpo mental debería estar ayudando a extraer de las Sustancia Mental Universal, la forma que constituye el Cinturón Protector del Salón, la localidad o el país.
Otros obtienen gran placer emocional en la música instrumental pero se revelan frente al físico requerido para decretar.
Durante un esfuerzo cooperativo, es mejor tener una actividad que dure quince minutos y que la misma se mantenga “viva”, en lugar de una más larga que esfuerce los cuerpos sin desarrollar de los individuos del grupo.
Un mayor servicio puede ser rendido mediante el cambio del tipo de servicio en el cual se requiera la cooperación del cuerpo físico, tal como cantar, decretar, aún en la que se requiera la cooperación de los cuerpos internos, en vez de mantener a los estudiantes demasiado tiempo en un tipo particular de servicio.

La Adoración Ceremonial es el uso balanceado de todas las facultades, poderes y vehículos de las corrientes de vida armoniosamente entrelazados y utilizados para atraer, enfocar y dirigir la energía y así crear nuevas causas para el bien y disolver aquellas de naturaleza inarmónicas. 

Decreto-Saint Germain


Evitar lo destructivo-Saint Germain