jueves, 23 de enero de 2025

LA FUERZA DE LA ORACIÓN Y UN ESTADO DE CONCIENCIA PURIFICADO

 Dictados del Santo Aeolus
Espíritu Santo Cósmico


LA FUERZA DE LA ORACIÓN

1- Por cada Beneficio y Gracia Espiritual recibidos por y para la Liberación diaria natural e impersonal de los Poderes de la Luz, debe haber un pago que los Equilibre, el pensamiento y fuerza de la Oración vagos, individuales y secretos, raramente se extienden fuera de la atmósfera inferior del Planeta, para realizar eso para lo cual son enviados. Es, por lo tanto, un precioso privilegio para un Voluntario Intercesor aprovechar él mismo la Oportunidad de Unificar la Fuerza de la Oración y situar ese Concentrado "Grito" del corazón a los Pies del Trono de la Gracias, sosteniéndolo Elevado por la misma Fuerza de su propio Corazón Compasivo, hasta que "Las Leyes que son" tengan que responderle concediendo una Dispensación para la Bendición de los hombres menores.
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UN ESTADO DE CONCIENCIA PURIFICADO

1- Desde las centurias de la oscuridad, el Planeta Tierra y su gente están ahora de pie en el Umbral de una Luz que nunca será extinguida de nuevo, sino que se convertirá en el Eterno Día Cósmico, en el cual la más completa Manifestación de la Perfección para el Planeta, su humanidad y la Cadena Planetaria será evidenciada de manera Abundante.

2- Si la gente pudiera entender la importancia de Guardar, Proteger y Purificar su Conciencia y si pudiera entender la aún mayor actividad de ofrecer esa Conciencia sin reservas a la Gran y Todopoderosa Hueste del Cielo, ellos encontrarían que, al igual que un Rayo de Sol Reflejadose a través de un Cristal, esa Conciencia se volvería,  aún más Bella en su efusión. Tal Conciencia, tomando al Cristo Cósmico dentro de sí misma, se vuelve un Centro Radiante por el cual esa Conciencia Crística puede Fluir en un Poder siempre Intensificándose hasta que el Aura misma del individuo podría Curar, Iluminar, Purificar y Elevar toda la energía que tocase la esfera de influencia de ese ser (el Borde de su Vestidura Espiritual).

Extraído del Libro: "Los Soplos del Espíritu Santo"
Editorial Plateada - Córdoba - Argentina




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