PALABRAS
CLAVES
Para concienciar realmente, necesitamos una mente
abierta para recibir nuevos conocimientos y aceptar y respetar las tradiciones
y culturas de otras regiones del mundo, es importante conocer sus creencias.
Por tal motivo, a continuación se explicarán las palabras claves: Dharma, Karma
y Moksha, para entender completamente el Ciclo de la Rueda del Samsara.
DHARMA
Es una palabra sánscrita, significa Religión,
Ley Religiosa, Conducta Piadosa o Correcta.
Se puede decir en sentido más amplio que es la
Ley, las Normas, las Enseñanzas obtenidas en la Religión que se profese para Actuar Correctamente, con Virtudes firmes y establecidas que permitan la
Verdadera Relación y la Unión con Dios.
En el Buddhismo, también significa
Protección, y se les enseña a las personas a protegerse del sufrimiento como
consecuencias del Karma, con métodos, técnicas y diversas prácticas para
adiestrar el Dharma, lo cual consideran una Fórmula Suprema para alcanzar la
Paz y la Felicidad Interior.
KARMA
Palabra de origen origen sánscrito que significa Acción. Es
una Ley, una Energía Invisible producida por un Dios (Dios Lama en el
Hinduismo) o por la Fuerza de la Naturaleza (creencia en el Buddhismo y el
Jainismo). Es una Ley, una Norma o estatuto de Causa y Efecto o retribución de
los actos que se realizan en el pasado, presente y futuro de cada vida en el
trascurso de la “Rueda del Samsara”.
Las acciones o los actos que se realizan en
la vida presente, son los que condicionarían los Renacimientos y Reencarnaciones
futuras. Por lo cual, los partidarios de esas doctrinas aceptan los
padecimientos que les toca sufrir ya que consideran que son consecuencias de
las acciones realizadas y llevadas a cabo durante sus vidas anteriores, y por
consiguiente, aceptan el llamado “Karma Positivo” y el “Karma Negativo” ya que
son los resultados de los hechos que realizaron en otras vidas anteriores a las
presentes.
MOKSHA
Nace del sánscrito y significa Liberación
Espiritual del Samsara y de las consecuencias del Karma. Tiene diferencias en
las creencias del Hinduismo y del Jainismo.
El Moksha en el Hinduismo significa la
Liberación Espiritual Plena para soltarse totalmente del Karma, no volver a
nacer sino avanzar a un Plano Espiritual que permita la completa Unión con
Dios. Para esto, los Hinduistas cuentan con tres caminos o Marga: Karma Marga,
Gñana Marga y Bhakti Marga, los cuales se explicarán más adelante en el tema
Samsara en el Hinduismo.
El Moksha en el Jainismo significa
Liberación, Salvación o Emancipación del Alma de las ataduras del Karma y del
Samsara. Esto significa alcanzar el Pleno conocimiento y Sabiduría Espiritual
obteniendo el nivel de Siddha o “Alma Suprema”, que es el fin último de los
practicantes de esta Religión, por lo cual se dedican en todo momento a
recorrer ese camino de Liberación.
SAMSARA
EN EL BUDDHISMO
Los Buddhistas tienen como creencia que el
Espíritu representa la Esencia del Ser y que abandona y trasciende el cuerpo
físico al momento de morir para comenzar el renacimiento en un cuerpo diferente
y continuar sujeto a la Rueda del Samsara.
El renacimiento será decidido por el Karma
producto de las acciones físicas, del habla y del pensamiento que haya
realizado la persona, en el cuerpo que acaba de morir. Esto ocurrirá, primeramente,
en 108 vidas en las cuales la persona tendrá la oportunidad de vivir bajo el
Dharma establecido, que guía sus pasos en la búsqueda de la Realización Plena y
Espiritual para soltar los nudos que los atan al Samsara y al Karma.
La meta de todo Buddhista, su fin último, es
lograr la “Completa y Total Iluminación” para convertirse en un Buddha y estar
en Perfecta Unión con Dios. Para esto viven de acuerdo a su Dharma y se dedican
a la Meditación para lograr Liberar su mente de todo lo negativo que le impida
llegar a ser Uno con Dios.
Para los
Buddhistas, el renacimiento ocurre de dos formas distintas:
EL
RENACIMIENTO DE UNA VIDA A OTRA:
Se utiliza la palabra Renacimiento y no Reencarnación ya que consideran que no es el
“Alma” ni el “yo personal” de la persona, quien reencarna de cuerpo en cuerpo.
Consideran que en el momento de morir, las funciones y estados mentales se
detienen y lo que trasciende son las acciones producidas por el Karma y a Causa
de esto, guiadas por la fuerza de los deseos busca un cuerpo físico para
continuar viviendo; por lo que se produce una concepción que se puede presentar
en cualquiera de los Reinos de la Rueda del Samsara.
EL
RENACIMIENTO DE UN MOMENTO A OTRO OCURRIDO EN LA VIDA PRESENTE:
Se refiere al renacimiento como proceso de
nacer, morir y renacer nuevamente con la conexión o unión con objetos físicos o
mentales, que se desean, ambicionan o se quisieran evitar.
Se inicia este renacimiento cuando la
voluntad es dominada por ese deseo superior de querer dominar y poseer algo, o
al contrario, que produce un fuerte rechazo o aversión. De igual manera, así
como se inicia este renacimiento, así termina cuando se pierde el deseo o el
aborrecimiento respectivamente a ese algo mental o físico.
SAMSARA
EN EL HINDUISMO
El Samsara para los Hinduistas, se lleva a cabo
a través de las diferentes etapas para nacer y reencarnar repetidamente hasta
que la persona logre la liberación y desate los nudos que los mantienen unidos
al Karma y a este ciclo.
La reencarnación es una etapa de aprendizaje para
trascender hacia lo Espiritual. El Karma determinará el lugar que le
corresponde a las personas dependiendo de las acciones que haya realizado. Si
sus actos han sido dominados por la maldad, reencarnará en los Reinos Inferiores y si han sido guiados por el Dharma, entonces reencarnara en los
Reinos Superiores de la Rueda.
El Samsara representa también el desconocimiento
y la ignorancia de la Verdad, de la realidad, del Verdadero Sentido del Ser de
la persona, que es dominada por Maya, por la ilusión que impulsa a actuar
dejándose dominar por las satisfacciones del “yo” y que apartan del camino de
la auto realización para llegar a la Iluminación.
Para los creyentes del Hinduismo, se llega a
la Verdadera Unión con Dios a través de tres caminos, los cuales son los
siguientes:
El primer
camino es el Karma Marga, el cual representa
todas las buenas acciones y los buenos actos que se realizan para renacer en un
nuevo cuerpo semejante al de un Dios.
El
segundo camino es el Gñana Marga, que es el
camino del conocimiento diferenciando la ilusión, Maya o Maia, que son las
malas pasiones, los nudos o ataduras que impulsan a hacer malas acciones, de la
realidad, es decir, discernir lo bueno de lo malo para llegar a unirse
totalmente, a fundirse hasta ser uno solo con el mismo Dios o Brahmán,
considerado para ellos, el Espíritu Único del Universo.
El tercer
camino es el Bhakti Marga, que es el Camino o
Sendero de la Devoción. Significa dedicarse en cuerpo y alma a servir
totalmente a un Dios en específico, dependiendo de la creencia particular de
cada persona. Teniendo como finalidad la dedicación y el Servicio en la Morada
o Templo de ese Dios, olvidándose de las pasiones y deseos mundanos lo que le
permitiría convertirse en un Ser Espiritual y no carnal.
SAMSARA Y
NIRVANA
Resumiendo, se puede decir que el Samsara representa el
recorrido interminable de un estado a otro, representado por el nacimiento,
vida y muerte, y nuevamente, renacimiento para volver a intentar aprender y
llegar a un Nivel Superior que permita la Completa Unión con Dios. Y estas
vidas, estarán repletas de sufrimientos propios de la naturaleza humana
producto de los mismos deseos físicos originados por el Karma.
El Nirvana es todo lo contrario. Representa
un Estado de Completa Paz, de Felicidad Plena y de Iluminación Absoluta. Es
semejante a la Felicidad que produce el concepto del Cielo que tienen los Cristianos,
pero no en el plano físico, sino en el Plano Espiritual. Es un estado mental,
que se puede alcanzar en la vida presente, es decir, no es necesario morir para
alcanzar ese nivel.
Nirvana significa “extinción”. Representa terminar con los sufrimientos producidos
por el Karma ya que se ha producido una Liberación de sus ataduras y de los
nudos que mantienen sujeto al Samsara, por lo cual culmina y llega a su fin el Ciclo de Renacimientos.
Para llegar al Nirvana se considera que es
necesario la Meditación, ya que, solo adiestrando la mente, se puede lograr la
Completa Liberación. Los pensamientos vacíos e innecesarios impiden el auto-conocimiento, por esto, con la práctica, se obtienen solamente los
pensamientos deseados y el control de la mente, ya que ésta, es la que debe
dominar el cuerpo por medio del razonamiento y del entendimiento.
Al educar la mente, se crea un estado de
completa Paz y Equilibrio donde se involucran los pensamientos, la palabra y la
acción; lo cual será reflejado en las relaciones que se establezcan con los
demás y con la misma naturaleza.
LA RUEDA
DEL SAMSARA
La Rueda del Samsara, también conocida como
“Rueda del Destino, “Rueda de la Vida”, “Rueda Cosmogénesis de Ezequiel”,
“Rueda de la Fortuna”, “Arcano Mayor N° 10”, entre otras denominaciones, es una
representación visual y religiosa del Samsara, que al girar explicaría los
ciclos y diferentes etapas de la vida física: nacimiento, vida, muerte,
renacimiento o reencarnación.
Es un círculo sinfín de la vida, sujeta al
sufrimiento.
La meta de las religiones Buddhistas, Hinduistas y otras es lograr la Liberación de las ataduras de la Rueda de la
Vida y del karma a través de la superación de sus deseos y pasiones físicas,
donde debe prevalecer la parte Espiritual, la realización y autor-realización Íntima del Ser. Los Buddhistas creen y
señalan que Buddha logró liberarse y salir de la Rueda del Samsara, por lo que
alcanzó la “Realización e Iluminación Plena, el Despertar de Su Conciencia, el Alma Suprema”.
Buddha poseía un collar con 108 perlas, las
cuales representaban a su vez, 108 vidas a las cuales se tienen derecho para
lograr la Liberación del yo personal o de la personalidad, del odio, del
egoísmo, de la ignorancia que impide la plena autor-realización, y si en ese
tiempo la persona no lo logra, se ve obligada a renacer nuevamente, debe bajar
de nivel para aparecer y renacer en el infierno.
Además, según la creencia Buddhista la Rueda
gira y da vueltas tres mil veces (3.000), para permitir a la persona ir en busca
de la Liberación de las ataduras del Karma y del Samsara, y si en ese tiempo no
lo logra, su esencia se pierde y dejaría de existir totalmente.
En total entonces, según los Buddhistas, son
108 vidas por 3000 ciclos que realiza la Rueda, da un total de trescientos
veinticuatro mil (324.000) vidas humanas, lo que tristemente incluye haber
entrado y salido del infierno tres mil (3.000) veces. Si pasado todo ese
tiempo, vidas y oportunidades, la persona no logra superar y vencer todos los
obstáculos y pruebas como parte de su Karma, su existencia culmina totalmente y
padece una desintegración absoluta de su ser.
Los seres humanos comienzan su vida en la
parte superior de la Rueda de la Vida, allí encarnan y reencarnan 108 veces
para liberarse y eliminar los nudos y ataduras y si no lo logra, terminan sus
vidas humanas y comienza el ciclo de la naturaleza en la parte inferior
izquierda.
Así encarnan primero en los animales, luego
en las plantas y al final en los minerales de la tierra, llegando al punto más
bajo de la Rueda, donde la persona puede
ser tragada para ser desintegrada o puede ascender para renacer nuevamente.
El lado derecho de la Rueda representa las Fuerzas y Leyes de la Naturaleza, allí se "decide" quién asciende desde los infiernos para llegar a la etapa
humana, donde se comenzaría desde el Reino Mineral, luego al Reino Vegetal, de allí al Reino Animal hasta llegar nuevamente a la
parte superior donde están los Humanos.
Perteneciendo la persona nuevamente al Reino
Humano tiene otras oportunidades para liberarse y desatarse de las cadenas del
Karma y de la Rueda del Samsara, a través de la encarnación y del renacimiento como Seres Humanos.
La Rueda del Samsara, se representa como un Mandala
(palabra de origen sánscrito que significa círculo o rueda), que está en
permanente e interminable Giro del Ciclo de la Vida, guiado por dos caminos, a
la derecha el “Karma Negativo” y a la izquierda el “Karma Positivo”, formada a su vez
por cuatro círculos internos que representan de adentro hacia afuera:
*Los tres venenos de la mente, que es lo que
hace girar eternamente a la Rueda.
*Semicírculo de la vida y semicírculo de la
muerte.
*Seis Reinos del Renacimiento.
*Los Doce Pasos del Origen Dependiente.
La Rueda está sujeta en algunas
representaciones por: Mara, que es
la entidad que se interpuso en el camino de Buddha para evitar que alcanzara salir
del Samsara a través de la Iluminación; representa la destrucción, la parte
negativa que posee cada persona, la ignorancia que lleva a la ilusión y aparta
de la realidad para llegar al Nirvana, y en otras representaciones está sujeta
por Yama, el Señor de la Muerte.
Este demonio o monstruo, como se le quiera llamar, representa la
inconstancia que somete y domina el Samsara e impide llegar a la autor-realización del ser.
A
continuación, la explicación de cada uno de los componentes de la Rueda del
Samsara:
Los tres
venenos de la mente
También llamados los tres venenos del
espíritu o las “tres raíces de lo malsano”. Es lo que hace girar eternamente a
la Rueda. Aparecen tres animales: el cerdo
que representa la ignorancia, el gallo o ave, que simboliza el deseo y la ambición y la serpiente que significa el enojo, el odio. A su vez, estos
están unidos unos con otros y pareciera que se quieren cazar, comer o tragarse entre ellos, porque el gallo muerde al cerdo, el cerdo muerde a la serpiente
y ésta muerde al gallo.
El primer veneno representado por el gallo,
es el deseo y la ambición, el apego a las cosas innecesarias, la sed de
apropiarse y de poseer bienes materiales y todo lo que lleva a la persona a
satisfacer deseos físicos y carnales.
El segundo veneno está reflejado por la serpiente. Es el odio, el enojo, la
agresividad y la malevolencia que se manifiesta con la manera de ser personal e
interpersonal.
El tercer veneno está materializado por el cerdo, que simboliza la estupidez, el
desconocimiento e ignorancia de lo valioso y significativo, de lo Espiritual y
Divino, para ir en busca de lo material, de lo físico y mundano.
Los tres se representan unidos, inseparables
para intervenir en el designio de la existencia, para inducir las acciones que
determinarán la vida presente y futura, para dominar las emociones que alejan a
las personas de la búsqueda de su realización personal, que las mantienen
atadas al Karma, a la eterna encarnación o renacimiento sino llegan a alcanzar
la Liberación de ese laberinto interminable.
Semicírculo
de la vida y semicírculo de la muerte
Se le llama también “estados intermedios”.
Estos están rodeando el centro de la Rueda, el de los tres venenos de la mente
y del espíritu. Aparecen, alrededor de ellos, personas que ascienden en el
semicírculo blanco de la vida, y otras descendiendo en el semicírculo negro de
la muerte.
Esto significa que los efectos del veneno
originan a su vez dos tipos de acciones y actos que determinan el renacimiento
en algunos de los reinos de la Rueda:
Buenas acciones, llamadas virtuosas y con
mérito, realizadas por las personas del semicírculo blanco. Son todos los
buenos actos, acciones y hechos realizados mediante el pensamiento, las
palabras y el cuerpo físico.
Malas acciones, no virtuosas y por lo tanto
no generan méritos, las cuales fueron realizadas por las personas del
semicírculo negro. Aparecen unidos y encadenados siendo torturados por los
demonios de los infiernos, por lo que son impulsados hacia los reinos
inferiores de la Rueda.
Seis Reinos
del Samsara
También llamados “Los Seis Reinos de la Existencia”
y “Seis Reinos del Renacimiento”. Son paisajes que muestran los Seis Reinos con
sus habitantes. Representan los niveles, los destinos y las diferentes formas
de existencia y de la realidad que forman parte del Ciclo de la Vida, por los
cuales debe vagabundear cada persona naciendo, encarnando o renaciendo hasta
que logren alcanzar la Plena Realización y llegar al Moksha.
Los reinos se encuentran, según algunos
partidarios de las Religiones Buddhistas, dentro de Triloka, es decir, de los “tres
mundos” existentes en el Universo (reino del deseo, reino de la forma y el
reino inmaterial), y que hay que vivir según el Karma que le corresponda a cada
persona. Otros expertos consideran que se encuentra solo en uno de los tres
reinos, que es en el reino del deseo o reino de la necesidad, ya que es aquí
donde pertenecen debido a sus necesidades y deseos carnales.
Sin embargo, los Buddhistas tradicionales
consideran que los Seis Reinos del Samsara se encuentran ubicados en el
Jambuduipa o Yambuduipa, también conocido como “árbol Yambul, que es el
continente o isla más pequeña e interna que corresponde a la Organización
Espiritual del Universo Buddhista.
Los Seis Reinos del Samsara a su vez, están
divididos en un mundo o Nivel Superior, que corresponden a los Tres Primeros Reinos,
y en un mundo o nivel inferior, que pertenecen a los tres últimos. Estos reinos
son:
Reino de los Devas
Es el lugar de los
Dioses, se mantienen en un Estado de Felicidad y Poderío, pero son egocéntricos
y llenos de orgullo, al igual que los otros seres vivientes, son seres mortales. Siempre superando el fracaso, en busca del éxito para alcanzar la dicha plena.
Reino de
los Asuras
Es el de los Semidioses, se muestran celosos
y envidiosos de los Devas, los cuales los consideran inferiores. Es un reino
donde prevalece la mentalidad del guerrero, con batallas y comparaciones
constantes unos con otros.
Reino
Manusya
Es el de los humanos, guiados por emociones y
pasiones producto de los deseos carnales, pero también poseedores de
conocimientos para ir en busca de la felicidad que pueden alcanzar en los
Reinos Superiores.
Reino
Tiryan – Yoni
Es el de los animales, criaturas no humanas pero
sinceras y directas que actúan por instintos, se mantienen en un estado de
ignorancia, prejuicios y estupidez.
Reino de
los Pretas
Es el de los espíritus hambrientos, llenos de
avaricia, deseos de posesión, acaparadores y egoístas, con ansias permanentes
de comer y beber, pero nunca llegan a satisfacer esta necesidad mientras
permanezcan en ese nivel.
Reino de
los Narakas o de los Nirayas
Es el infierno, lugar lleno de torturas,
donde se vive en sufrimiento, odio e ira de manera temporal y se podrá pasar a
otro nivel cuando se logra la liberación del karma negativo que se padece.
LOS DOCE PASOS DEL ORIGEN DEPENDIENTE
Se les conoce también como las “Doce causas
del condicionamiento” y como los “Doce eslabones de la cadena de los comienzos
condicionados”. Están representados en doce figuras que forman a su vez un círculo
alrededor de los Seis Reinos del Samsara.
Empezando por la parte superior de la Rueda y dirigiéndose hacia la derecha.
Estos son:
Ignorancia: Las personas son desconocedoras y ciegas, no pueden ver
la verdad ni los pasos que dan en su caminar por la vida.
Impulsos
(Samskara): Representado por un alfarero que con arcilla
y agua forma diferentes objetos. Lo que significa que es el hombre a través de
sus acciones, quien propiciará diversos resultados y originará a su vez como
consecuencia el “Karma Positivo” o el “Karma
Negativo”.
Conciencia
(Vijñana): Representado por un mono descontrolado que
salta de un árbol a otro. Así como la mente de los humanos, que debido al Karma
genera pensamientos y conciencia de los actos realizados en el pasado o que
quisiera realizar en el futuro.
Nombre y
forma (Namarupa): Aparecen hombres navegando como semejanza del
cuerpo o vehículo con el que se “vagabundea” a través de la vida. La conciencia
y los pensamientos generan formas a las cuales se le asignan nombre que
permiten el equilibrio de todo cuanto existe.
Las seis
bases (Shadayatana) o seis sentidos sensoriales: A través de los cuales se perciben y experimenta lo
creado, lo existente. Como semejanza aparece una casa que deja entrar la luz.
Contacto
(Sparsha): Representado por una pareja, un encuentro
cercano a través de los sentidos donde se ponen en contacto íntimo la mente con
el mundo.
Sensación
(Vedana): Está representada por un hombre herido con
una flecha en un ojo. Simboliza la ceguera a la Verdad, por causa de las
sensaciones y el sufrimiento.
Deseo
(Trishna): Debido a las sensaciones y percepciones se
originan deseos los cuales nunca se llegan a satisfacer totalmente porque las
personas son seres carnales siempre en busca de tener más de lo que realmente
necesita. Está representado por un hombre que se embriaga.
Apego (Upadana)
o codicias: Se muestra la figura de un mono que arranca
frutas de un árbol. Representa la codicia humana, los apegos y el aferrarse a
lo material, hasta a la misma vida física.
Concepción
(Bhava): Representada por una mujer en estado de
gestación, un nuevo ser se ha formado producto del apego al cuerpo físico, al
deseo carnal.
Nacimiento
(Jati): La mujer trae al mundo físico el nuevo ser.
Y este renacimiento será determinado por el Karma perteneciente al ser
naciente.
Vejez y
muerte (Jara – Maranam): Aparece la figura de
un anciano, trasladando un cadáver a la tumba, es el final del ciclo de la vida
física, que comenzó en renacimiento, luego vejez y culmina con la muerte y así
comienza nuevamente el Samsara.
La Rueda de la Vida es una imagen clásica del
Buddhismo Tibetano.
•Sostenida por el Señor de la Muerte
representa los Seis Reinos de la Existencia:
•El Reino de los Dioses,
•El Reino de los Semi Dioses.
•El Reino de los Seres Humanos.
•El Reino de los Animales.
•El Reino de los Espíritus Hambrientos o Almas en
Pena.
•El Reino de los demonios o del Infierno,
Por los que todas las almas pasarán en sus Reencarnaciones.
Este Mandala representa el interminable ciclo
del sufrimiento en el nacimiento, muerte y renacimiento y sus dos caminos:
•El mal karma a su derecha, y el buen karma a
la izquierda.
Rueda Eterna, siempre gira por sus radios, atrapada
mora el alma peregrina, prisionera de un deseo que la embarga y la fascina va
rotando vida en vida, soñando, muere y renacida vuelve al punto de partida.
Artificio cronológico, Ourobourus*
portentoso, proyección de un Arquitecto juguetón y caprichoso.
Si quieres salir del ciclo, medita y
persevera.
El Buddha conoce el secreto y puede parar la
Rueda.
Escapa pues de esa Noria que el Nirvana
siempre espera.
Enseñanzas Herméticas
* El Ourobourus, también llamado Uróboros,
es un signo que representa a una serpiente o a un dragón en forma circular para
así poder morderse la cola. La palabra Uróboros proviene del griego ουροβóρος (ourobóros)
que significa “serpiente que se
come su propia cola”.
Su
significado remite a la naturaleza cíclica de las cosas y a la idea del eterno
retorno. En este sentido, ambas interpretaciones se refieren a la concepción de
la existencia como un ciclo que siempre recomienza, y cuya continuidad consiste
en un constante renacer como, por ejemplo, lo que se observa en el ciclo de las
estaciones del año.
De
allí que el Ourobourus también se asocie a la naturaleza cíclica del tiempo,
donde el instante presente es eternamente devorado por el instante futuro,
constituyendo una secuencia infinita de instantes que mueren y renacen a cada
momento.
¡Gracias
Padre, que con la Enseñanza de la Nueva Era y el Amor Compasivo del Amado Maestro
Saint Germain, hoy conocemos la Llama Violeta para liberarnos del Karma
negativo!
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