Amados,
estoy sin duda agradecido de tener hoy la Oportunidad de hablarle a esas
corrientes de vida en la Tierra que están dedicadas a Expandir la Luz, y que
desean ser una parte viviente y vibrante de la Era de la Libertad que amanece,
la cual está bajo la Dirección de Nuestro Amado Maestro Ascendido Saint
Germain.
Estoy
sin duda agradecido por tener tal cooperación amorosa de sus vidas,
entendimiento, y disposición a aceptar y asimilar el conocimiento que ha estado
enterrado por demasiado tiempo en los Lamasterios de Oriente.
Me
resulta muy grato saber que la descarga de Mi Conciencia a la gente de la
Tierra ya no está más confinada a las pocas líneas de Instrucción que di el Día
de Mi Iluminación, cuando regresé de mis esfuerzos de siete largos años, que
pasé en mi sincera búsqueda de la Verdad de Dios, en el Corazón del Silencio.
Por
medio de la Amorosa Dirección de la Bendita Pallas Atenea (Diosa de la Verdad
para la Tierra), y de muchos otros Seres Cósmicos y Ascendidos que me asistían,
avancé a través de las Siete Esferas de Conciencia Perfeccionada hasta llegar a la Gloria de la Deidad de este Sistema de
Mundos, el Amado Helios (cuyo Servicio es la Iluminación) y Vesta, Su
Complemento Divino (quien representa a la Diosa de la Verdad para Nuestro
Sistema entero, y cuyo Servicio Cósmico es el Sostenimiento del Concepto
Inmaculado y la Descarga de la Verdad de Dios para todos en Nuestro Sistema).
Allí
vi y conocí por cuenta propia la Verdad Eterna, que DIOS ES BUENO, que Su deseo
para toda Su Creación es el BIEN, y la Verdad, tal como está registrada en sus
Biblias de hoy –“El ojo (humano) no ha visto… las Glorias que Dios ha preparado
para aquellos que lo aman…”
Supe
entonces, que todas estas apariencias angustiantes de desolación e imperfección
¡NO ERAN LA VOLUNTAD DE DIOS NI SE DABAN SEGÚN SU PLAN DIVINO!
Ahora
bien, este proceso mediante el cual esos diversos viajes fue la “Conciencia Proyectada”,
el mismísimo que se les ha enseñado a utilizar hoy día. Mi forma
física estaba sentada bajo un árbol en el bosque, por supuesto bastante cansada
a causa de la falta rítmica de ingesta de comida y bebida, así como por la
necesidad de ejercicio ya que, recuerden, mi búsqueda por la Verdad última duró
siete largos años y Mi cuerpo se quedó en la foresta todo ese tiempo.
Sin
embargo ese cuerpo fue mantenido –al menos en parte- por regalos de comida y
bebida de parte de varios viajeros transeúntes que me veían allí sentado. Cuando
las Energías Vitales de Mi cuerpo llegaban a un punto bajo, esos Seres Divinos
que me asistían me hacían regresar a ese cuerpo y tomar algo de la comida y
bebida que me habían sido provista. Así
yo podía resucitar ese cuerpo lo suficiente para así poder viajar aún más lejos
en Conciencia Proyectada.
Nunca,
nunca, nunca olvidaré mis sentimientos de gozo al ver la Belleza y Perfección
en esas Siete Esferas. Para tener éxito en una aventura como la que había
emprendido, hay que ser totalmente Unipuntual en conciencia, estar invenciblemente
determinado a aceptar y no detenerse ante nada que no sea el logro de la Meta
Suprema, no importa cuán magníficas o atractivas puedan parecerle a la
conciencia otras distracciones.
A
este respecto, déjenme decirles que sólo ser capaz de atestiguar la Perfección
en cualquiera de las Siete Esferas sería más que suficiente para desviar la
propia atención y determinación de ¡seguir progresando!
Como
ya les dijera, cuando comencé Mi búsqueda de la Verdad y dirigí Mi Conciencia
hacia los Ámbitos Divinos, primero tuve que atravesar con seguridad el Plano
Astral que rodea la Tierra por al menos 3.500 metros a su alrededor.
Luego,
cuando empecé a introducirme en los ámbitos Divinos, ingresé primero a la
Séptima Esfera, esa que preside el Amado Maestro Saint Germain. Como se les ha
explicado en ediciones anteriores de “El Puente”, toda corriente de vida
originalmente vino desde el Corazón de la Deidad, y por elección auto-consciente,
decidió efectuar el viaje a través de esas Siete Esferas de la Divinidad.
Habiendo
así pasado primero por la Primera Esfera y continuando hasta la Séptima, cuando
uno regresa a la “Casa del Padre”, necesariamente tiene que proceder primero
por la Séptima Esfera, ya que las Esferas habrán de ser atravesadas en el orden
inverso a cuando se salió de la Deidad… ¿entienden?
Amados,
la Belleza y Perfección de esos magníficos Templos del Fuego Violeta, Ángeles y
Majestuosos Ceremoniales de la Séptima Esfera pueden fácilmente acaparar la
atención del alma buscadora más diligente, particularmente porque este es el
primer contacto con la Perfección de las Siete Esferas Divinas que se
experimenta en tal viaje Ascendente.
Seguidamente
vino la Gloria de la SEXTA ESFERA (Actividades de Ministración y Paz). Aquí
tuve mi más grande examen, ya que mi corazón era el de un gran misionero y mi
deseo era el de asistir a la gente. En esta Esfera vi a los Grandes Ángeles de
Ministración en Acción, descargando los Poderosos Rayos Sanadores, Bendiciones
y Asistencias de toda descripción para todos los que en la Tierra requerían de
esta ayuda. He de confesar que aquí pensé: “Sí, este es Mi lugar”. Empero,
dentro de Mí algo seguía diciendo: “¡Adelante, adelante, adelante!... sigue
hasta el Corazón de la Verdad”.
Luego,
al ingresar en la QUINTA ESFERA en la que mora la Llama de la Verdad de Dios,
pensé: “¡Aquí está la Verdad que yo deseo, y ésta es la Esfera en la que viviré!”
“Aprenderé todo lo que aquí se encuentra, y lo llevaré de vuelta a los hombres.”
Una vez más algo en mí corazón me urgió
a que siguiera, y entré… en la CUARTA ESFERA.
En
esta Cuarta Esfera de la Pureza de Dios fui testigo de los magníficos Seres
Cósmicos, Maestros Ascendidos, Serafines, Querubines y Ángeles de la Pureza en
Acción, y, en vista de que tal Perfección se manifestaba justo frente a mí,
experimenté de nuevo mi convicción personal de que ¡ESA
Esfera tenía que ser la última! No obstante, estaba seguro desde adentro de que
no era así –“la Voz Interior”- continuaba exhortándome a seguir.
Prosiguiendo
en este Viaje Ascendente, al entrar a la TERCERA ESFERA encontré que la misma
era del más Poderoso Amor de Divino, ese Amor Divino que, por supuesto, es la
verdadera naturaleza de la misma Deidad, así como de mí mismo y de toda
corriente de vida que Dios ha creado, ese Amor Divino que todos éramos,
conocíamos y teníamos junto al Padre “antes de que el mundo existiera”.
Aquí
pensé: “¡Ahora, verdaderamente el Amor Divino es lo último!” Pero una vez más,
algo adentro me dijo: “¡AVANZA!”
Continué
e ingresé en la SEGUNDA ESFERA, donde trabajan los Maestros Ascendidos
Instructores y Educadores, y una vez más debo confesar que hice una breve
pausa. Como ustedes saben, enseñar ha sido mi profesión durante mucho tiempo.
Allí visité los Templos y escuché con atención a los Grandes que estaban
preparando Instrucción y Asistencia para las Religiones aceptadas y
servidas por las diversas gentes de la Tierra. Pensé: “¡Quizás éste es Mi lugar
y lo he encontrado al fin!” No obstante, todavía algo dentro de Mí seguía
diciendo: “¡Nada de eso! ¡AVANZA!”
Entonces,
después de haber pasado a través del Ámbito de los Instructores, finalmente me introduje
en la PRIMERA ESFERA, la Esfera de la Ideación donde la Llama Azul y el Rayo
del Poder son Creados y Descargados. Aquí, en la tremenda Velocidad y Poder de
la Actividad que toma lugar constantemente, al entrar dentro de esa Conciencia
Acelerada al principio pensé que “había fallado mi blanco”, y sentí que quizás
debería haberme quedado en la Tercera Esfera del Amor Divino. En esta Primera
Esfera no me era tan fácil mantener serena la conciencia a causa del Movimiento
Acelerado de Energía. Allí los Poderosos Hércules y Amazonas (Elohim del Primer
Rayo y Su Complemento Divino) y otros de los que Sirven en este Rayo se
apresuraban de un lado a otro en un Servicio tan rápido que me resultaba
difícil saber qué estaban haciendo en ese momento. Sin embargo, la Luz dentro
de Mí dijo: “Si continúas avanzando a través de esta Esfera… ¡ENCONTRARÁS LA
VERDAD!
Así
que, haciendo acopio de toda mi Fuerza Espiritual, con la mayor dignidad que me
fue posible, seguí hacia adelante ante la Presencia del Resplandeciente Fuego
del Amado Hércules, de Amazonas, del Arcángel Miguel y del Poderoso El Morya.
Finalmente,
como les he dicho antes, ¡Llegué ante la Celestial Presencia de Nuestro Dios
Padre-Madre! Tan Brillante era Su Luz; tan Amorosos eran Sus Corazones; tan
magnífica era Su Paz y, también Su Poder, que no pude hacer otra cosa que
postrarme ante Ellos. Entonces, es esa Tremenda Bondad que les es propia,
solicitaron que me pusiera de pie y, dándome Sus Bendiciones personales así
como las Bendiciones de Aquellos de toda Su Esfera, me permitieron la completa
Libertad de Gozar de la Maravilla de la Perfección que se experimenta allí. En
el Corazón de la Deidad disfruté del sentimiento de UNIDAD CON MI CREADOR, así
como un día ustedes lo harán cuando hayan terminado su camino y, en la Victoria
de su Ascensión se vuelvan UNO PARA SIEMPRE con su propia Presencia Electrónica
“YO SOY”. Sin embargo, en su caso, habrán llegado permanentemente a su Eterno “Hogar”,
“para no salir más”.
Gautama Buddha
Extraído del libro: "Amistad con los Dioses"
"El Puente a la Libertad"
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