MEDITACIONES DE LUNA LLENA
Por Alice A. Bailey
La meditación es un potente método para el servicio a la humanidad cuando la mente se emplea como un canal para la recepción de energías de luz, amor y voluntad al bien, y su dirección hacia el interior de la conciencia humana. Y el momento de la Luna Llena cada mes ofrece la mayor oportunidad para que la meditación, particularmente en forma grupal, sea utilizada como un medio de cooperación con el Propósito o Plan divino para nuestro mundo.
Cabe preguntarse: ¿Qué tiene que ver la Luna Llena con esto? Las energías de luz, amor y voluntad al bien están siempre asequibles para quienes se pongan en contacto con ellas en la meditación. Pero
como en todos los aspectos de nuestra vida planetaria, hay ciclos de flujo y reflujo con los que pueden cooperar conscientemente, tanto los grupos como los individuos. Uno de los mayores ciclos de energía coincide con las fases de la Luna, alcanzando su cima, su marea alta, en el momento de la Luna Llena.
Este es un tiempo, por tanto, en que la canalización de energía, mediante la meditación en grupo, puede ser especialmente efectiva.
La Luna por sí misma no posee influencia sobre el trabajo; pero la cara plenamente iluminada de la
Luna indica una alineación libre y sin impedimentos entre nuestro planeta y el Sol, el centro solar, la
fuente de energía de toda vida en la Tierra. En tiempos así, podemos realizar un definitivo acercamiento a Dios, el Creador, el centro de vida e inteligencia. Que la comprensión de esto forma parte del antiguo entendimiento intuitivo de la humanidad, queda patente por las muchas festividades religiosas que están datadas con referencia a la Luna o a una constelación del zodiaco. La Ley de los Ciclos esotérica, la ley que está simbolizada por el crecimiento de la Luna hasta llegar a su brillo pleno, seguido por su mengua, afirma que podemos cooperar conscientemente con el flujo de las energías espirituales:
“La meditación del alma es de naturaleza rítmica y cíclica como lo es todo en el cosmos. El alma
respira y su forma vive por ello. La naturaleza rítmica de la meditación del alma no debe ser pasada por alto en la vida del aspirante. Hay un flujo y reflujo en toda lanaturaleza, y en la marea del océano
vemos la maravillosa representación de una ley eterna. (...) la idea de la respuesta cíclica al impulso
del alma se halla detrás de las actividades de la meditación matutina, del recogimiento del mediodía y de la recapitulación vespertina. En los aspectos de Luna Llena y Luna Nueva tenemos un mayor flujo y reflujo.”
Alice A. Bailey
No hay comentarios.:
Publicar un comentario