martes, 30 de diciembre de 2014

TAURO-LA ASTROLOGÍA ESOTÉRICA Y LOS DOCE TRABAJOS DE HÉRCULES- Maestro Tibetano D.K. y Alice Ann Bailey


Introducción
El estudio y la reflexión sobre esta hermosa narración de La mitología griega es uno de los más apasionantes y completos que puede acometer cualquier estudiante de lo oculto. Porque no deja sin tocar ninguna fase de la vida del aspirante y hasta lo vincula con actividades cósmicas. Su temática es tan inclusiva, que todos nosotros podemos aplicarnos los experimentos y pruebas, las derrotas y logros de esta heroica figura que se esforzó, siglos atrás, hacia la misma meta que perseguimos nosotros.
Hércules representa al encarnado y aún no perfeccionado Hijo de Dios que, con determinación, toma en sus manos la naturaleza inferior y voluntariamente la sujeta a la disciplina, lo que producirá finalmente la manifestación de su interna divinidad. Y, de un descarriado pero sinceramente fervoroso ser humano, conocedor inteligente del trabajo que tiene que realizar, resultará un Salvador del Mundo. En los doce trabajos de Hércules, están representados, pues, el Sendero del Discipulado y las experiencias preparatorias para el gran ciclo final de la Iniciación.

LA CAPTURA DEL TORO DE CRETA
2° LABOR
Tauro (21 de Abril – 20 de Mayo)


1. El segundo Portal se abrió de par en par.
Euristeo mandó llamar a Hércules y le dijo que debía capturar el toro sagrado que el rey Minos de Creta poseía, y llevarlo desde la isla a la tierra firme. No le dio más instrucciones.
Hércules buscó primero y persiguió después al toro sagrado, guiado por la estrella luminosa que brillaba sobre su frente. Así lo siguió hasta su refugio y él sólo, lo capturó y lo condujo hasta la costa, montado en él a horcajadas y, luego, a través de las aguas del mar, que separaban a Creta de la tierra firme, hasta la ciudad de los cíclopes.
2. De acuerdo con la ley universal, Hércules ha iniciado su segundo trabajo en el plano mental.
Porque, en la ejecución de cualquier plan creador, primero es el impulso del pensamiento y, luego, el del deseo. Primero el estado de conciencia mental y, luego, el de la sensibilidad, que se desarrolla en el mundo del deseo.
En este trabajo, hay que comprender perfectamente el funcionamiento de la Ley de Atracción, que relaciona al que construye la forma (el espíritu) y la forma misma, o sean, el polo positivo y el negativo, el Yo y el no Yo, el macho y la hembra, etc. Y aprender el uso correcto y el control de la materia. Así que el aspirante es probado, primero, en su naturaleza animal y sus motivaciones y, luego, en la atracción que experimenta por la materia.
La gran ilusión de la materia y el sexo son dos aspectos de la misma fuerza de atracción expresándose, uno, en el plano físico y el otro en el plano del deseo o emocional.
3. Todo aspirante tiene en el sexo un problema importante que afrontar.
Porque, si su mente no puede resistir la atracción del polo opuesto, se convierte en una víctima del sexo y puede llegar a ser controlado por la parte inferior de su animalidad.
En cambio, si conoce la finalidad y correcto uso de su fuerza creadora sexual y la posibilidad de transmutarla en palabras y escritos, ideas y actos positivos y altruistas, entonces el aspirante se convierte en un puntal para la sociedad, porque comprende y defiende la familia y la reproducción como medio sagrado de proporcionar posibilidades de renacimiento a otros espíritus hermanos. Y construye y ayuda y progresa y beneficia a la sociedad en la que está integrado.
En el trabajo de Hércules, pues, el toro representa el deseo animal, es decir, todos los deseos basados en la materia que, unidos, dan lugar a la gran ilusión que produce el centrar la conciencia en algo que no es real, alejándonos de lo que lo es, que es la vida del espíritu. El discípulo es una parte del conjunto humano, separada de ese conjunto y sometida a los vaivenes del deseo material. Por tanto, ese deseo, ese toro, ha de ser perseguido y dominado hasta que se pueda “cabalgar sobre él” y atravesar así las aguas de la pasión, sin peligro alguno, hasta llegar a la tierra firme. El toro, pues, ha de ser montado y conducido por el hombre, el espíritu.
Y, para hacerlo, para controlarlo, hay que emplear el sentido común. Recordemos el lema rosacruz: Una mente pura, un corazón tierno y un cuerpo sano, que deben ser utilizados, los tres, como indican las leyes del lugar en que su propio destino lo ha situado. Si el propósito es puro y está libre de la atracción de la materia, la acción será justa y la consecuencia será una vida justa en el plano físico y en todos los planos.
El mito de la expedición de los Argonautas en busca del Vellocino de Oro – representación simbólica del cuerpo-alma expresa, sin decirlo, que el acontecimiento relatado tenía lugar cuando se estaba realizando el paso, por precesión de los equinoccios, de la era de Tauro a la era de Aries, y ello supuso que las religiones que habían representado a Dios por un toro (Buey Apis, toros de Asiria y Babilonia, pueblo judío antes de salir de Egipto, civilización minoica de Creta, nuestros Toros de Guisando, etc.) pretendiendo poner el acento en la virtud de la fortaleza divina, estaban pasando a destacar la mansedumbre, la bondad y la humildad del cordero, cambio que tuvo lugar entre el tercero y el segundo milenio antes de Cristo.
 Pues bien, nuestras actuales corridas de toros tienen su origen en aquella lejana época en que el toro pasó a ser, de representante de la deidad, a representante de las pasiones, los vicios y lo negativo que el aspirante a la vida superior, en la nueva época, había de vencer a toda costa. Baste recordar al efecto la reacción de Moisés cuando, al bajar del Monte Sinaí con el Decálogo, descubrió que su pueblo había vuelto a adorar al becerro de oro, es decir, había regresado a la religión de la era de Tauro. Seguramente, en las Escuelas de Misterios de entonces, existieron las corridas de toros.

A continuación, presento, trabajos de Merche Torramilans y Pamela Di Meglio, donde se difunde información audio-visual sobre las Enseñanzas Esotéricas del Maestro El Tibetano D.K. y y el trabajo que realizó a través de Alice Ann Bailey, respecto al Mito de los Doce Trabajos de Hércules; las Energías que interactúan en los períodos de los diferentes signos del Zodíaco y las Lunas Llenas en las diferentes Casas Zodiacales.

Trabajo del Festival de Tauro-Festival de Wesak


Los Doce Trabajos de Hércules-Tauro

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