lunes, 5 de enero de 2015

ESCORPIO-LA ASTROLOGÍA ESOTÉRICA Y LOS DOCE TRABAJOS DE HÉRCULES- Maestro Tibetano D.K. y Alice Ann Bailey

Introducción
El estudio y la reflexión sobre esta hermosa narración de La mitología griega es uno de los más apasionantes y completos que puede acometer cualquier estudiante de lo oculto. Porque no deja sin tocar ninguna fase de la vida del aspirante y hasta lo vincula con actividades cósmicas. Su temática es tan inclusiva, que todos nosotros podemos aplicarnos los experimentos y pruebas, las derrotas y logros de esta heroica figura que se esforzó, siglos atrás, hacia la misma meta que perseguimos nosotros.
Hércules representa al encarnado y aún no perfeccionado Hijo de Dios que, con determinación, toma en sus manos la naturaleza inferior y voluntariamente la sujeta a la disciplina, lo que producirá finalmente la manifestación de su interna divinidad. Y, de un descarriado pero sinceramente fervoroso ser humano, conocedor inteligente del trabajo que tiene que realizar, resultará un Salvador del Mundo. En los doce trabajos de Hércules, están representados, pues, el Sendero del Discipulado y las experiencias preparatorias para el gran ciclo final de la Iniciación.

MATAR A LA HIDRA DE LERNA
8° LABOR
Escorpio (23 Octubre – 22 Noviembre)


1. Y el Maestro dijo:
 – “Junto al Río Amimona, en el antiguo Argos, está el infecto pantano de Lerna. Dentro de la fétida ciénaga vive la monstruosa Hidra, una desgracia para la región. Tiene nueve cabezas, y una de ellas es inmortal. Prepárate a combatir con ella. Y sabe que no te servirán las armas corrientes porque, si le destruyes una cabeza, le crecen dos.
 Hércules escuchaba ensimismado. El Maestro continuó:
– Sólo te daré un consejo: Ascendemos si nos arrodillamos; vencemos si cedemos; ganamos si renunciamos. Ve, pues, hijo del hombre e hijo de Dios, y vence. La luz brilla ahora en el octavo Portal.
 Entonces, Hércules pasó a través del Portal.
 2. El hedor de la ciénaga de Lerna contaminaba toda la comarca. Cuando Hércules se aproximó, tuvo que detenerse de lo insoportable que resultaba. Además, sus orillas estaban formadas por arenas movedizas. Tras muchos tanteos, de día y de noche, encontró Hércules la guarida de la bestia. Estaba oculta siempre. Hércules esperaba que asomase, pero no lo hacía. Intentó usar barcas para llegar allí, pero la ciénaga impedía la navegación. Tampoco se podía llegar andando debido a las arenas movedizas. Ni servían de nada las trampas. Así que se le ocurrió untar sus flechas con brea y las lanzó dentro de la tenebrosa cueva. De repente, todo se conmovió y la Hidra salió, con sus nueve cabezas erguidas y lanzando llamas. Medía más de cinco metros de altura y su cola sacudía la tierra con violencia. Súbitamente, se abalanzó hacia Hércules para inmovilizarlo enroscándose alrededor de su cuerpo, pero Hércules la evitó de un salto y le golpeó una de sus cabezas con el garrote, destrozándola. Pero, en el acto, de esa cabeza destrozada, apenas tocó la tierra, surgieron dos tan agresivas como ella. Una y otra vez se repitió el suceso, hasta que Hércules recordó la recomendación del Maestro: Arrodillándonos nos elevamos: Así que, arrojó su garrote, se arrodilló en el lodo que le llegaba casi a la cintura y, con sus manos desnudas, la asió y la elevó en el aire. Entonces, la Hidra perdió fuerza. Dándose cuenta de ello, Hércules, se quedó de rodillas en el lodo, sosteniéndola en lo alto. Y el monstruo, tan fuerte en la oscuridad y en medio del lodo, perdió todo su poder cuando entró en contacto con la luz del sol y la caricia del viento.
 Hércules, pues, la mantuvo en el aire. Ella convulsionó terriblemente, los cuellos de las nueve cabezas se doblaron como marchitos y sus ojos se tornaron vidriosos y sin vida. Menos los de una cabeza, la inmortal. Hércules, entonces, la cortó y la enterró bajo una gran roca. Empapó sus flechas en la sangre del monstruo, que era venenosa, y se encaminó de regreso hacia el Maestro.
 3. Está magníficamente descrita aquí la vida del discípulo, que ha de sumergirse hasta las rodillas en la humanidad y ha de levantar hacia la luz y el aire del espíritu al monstruo de los males acumulados, como errores y fracasos durante su largo pasado. Las flechas luminosas que lanzó Hércules a la cueva de la Hidra para llamar su atención significan la aspiración espiritual, que despierta al monstruo dormido y hace que, todo buscador, apenas inicia el Sendero, sea víctima de tentaciones desconocidas y de problemas y desgracias inesperados.
4. Porque, en este signo hay que compensar todos los pares de opuestos, ya que puede ser un signo avanzado del discípulo integrado y consciente, o signo retrasado del hombre no evolucionado, como se supone casi siempre. Todo dependerá de en qué sentido esté el hombre transitando por el zodíaco.
 La Hidra de cada uno de nosotros vive en las cavernas de la mente. Crece en el fango y la oscuridad de los rincones mentales sin luz. Simboliza la fuerza serpentina, que actúa en el cuerpo del hombre, bajo el dominio de Escorpio y que, si se la controla, lo conduce hasta la Iniciación, pero si no, lo lleva a los grados más ínfimos de la animalidad. Por eso este signo tiene dos notas clave: La regeneración y la degeneración.
 5. Esta Hidra terrible, alojada en los repliegues del subconsciente, suele dormitar allí por largo tiempo pero, de repente, puede explotar en un furor terrible, inesperado y desconocido. Nadie imagina que está alimentando en su subconsciente un monstruo tal, pero allí está. Y surge, una vez u otra, trastocándolo todo y produciendo mucho daño.
 Por eso es conveniente lanzarle, como Hércules, esas flechas de luz, para poder descubrirla y, una vez conocida su existencia, combatirla frente a frente a la luz del espíritu.
 Combatir algo así que está en nuestro interior es muy difícil incluso para un hijo de Dios. Porque, eliminada una cabeza, le crecen dos tan malignas o más. Y, eliminado un pensamiento o un deseo negativos, siempre nacen otros que los reemplazan.
 10. Se dice de Escorpio que es el signo de la magia. Existe una magia blanca, que es la expresión del espíritu por medio de la forma, y una magia negra, que es el uso de la forma para ganar lo que queremos para la forma. La magia blanca es el uso del espíritu con propósitos de elevación humana, utilizando la personalidad. La magia negra es puro egoísmo.
 ¿Y por qué es Escorpio el signo de la magia? Porque en Virgo descubrimos, dentro de nosotros mismos a un Cristo que hemos ido nutriendo a lo largo de los tiempos; en Libra, oscilamos entre los pares de opuestos, la forma y el espíritu de Cristo, hasta que logramos el equilibrio; y en Escorpio se nos prueba para ver cuál de los dos triunfará, la forma o Cristo, el Yo Superior o el yo inferior, lo real o lo irreal, lo verdadero o la ilusión. Ésta es la historia real de la prueba de la Hidra en Escorpio.

A continuación, presento, trabajos de Merche Torramilans y Pamela Di Meglio, donde se difunde información audio-visual sobre las Enseñanzas Esotéricas del Maestro El Tibetano D.K. y y el trabajo que realizó a través de Alice Ann Bailey, respecto al Mito de los Doce Trabajos de Hércules; las Energías que interactúan en los períodos de los diferentes signos del Zodíaco y las Lunas Llenas en las diferentes Casas Zodiacales.

Trabajo del Festival de Escorpio



Los Doce Trabajos de Hércules-Escorpio




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